por la cuales caminó, tanta veces, nuestra Venerable Fundadora, plantamos juntas el pequeño olivo jubilar que presentamos en el altar del Señor el 1 de mayo.

E

s un pequeño olivo, símbolo de paz y concordia, que, como decía M. Serafina, sus retoños representan a todas sus hijas reunidas en torno a la mesa del Señor. Que sea para todas nosotras, sus hijas esparcidas por el mundo, un recuerdo vivo de nuestro compromiso de custodiar y cuidar esta Familia Religiosa que ella fundó hace 125 años y que aún hoy confía a nuestros cuidados.