“Sí, con verdadera alegría celebramos, todas unidas en un solo corazón, la dulce fiesta de la Inmaculada Concepción de María: reunámonos alrededor de su altar, abrazemos sus pies y pidamosle que nos bendiga, en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Oh! Que María nos cubra a todas, a todas con su manto virginal dándonos su fe, su amor ardiente por Jesús … sí, haznos santas y pronto, bajo la mirada de la Virgen” (M. Serafina, Circular N.1)
La Virgen Maria, portadora de los Misterios, que con el “Fiat” de la Anunciaciòn se puso al servicio de Dios y de la humanidad, es modelo de fidelidad y de donaciòn; con el titulo de “Inmaculada Concepciòn” es la “Patrona de este Ramito Franciscano nacido de la primera raiz” (CCGG 1933, Art. 18)