S

eñor Jesús
si miramos hacia atrás
el tejido de nuestra historia
vemos hilos rotos y vueltos a anudar
encontramos pasajes difíciles
que nos han costado trabajo y lágrimas.
Sin embargo, Señor, sabemos que siempre eres Tú
quien sostiene nuestro telar en Tu mano,
Tú que cruzas nuestro compromiso
con los colores de los hermanos y hermanas,
Tú que nos ayudas cada día a tejer la fraternidad,
comprometidos con la Misión de la Iglesia,
para extender la Paz como un mantel precioso,
para que los pueblos se unan al banquete de la Vida.
Que así sea, Contigo.
.