Maria S.Chiara

S

anta María, mujer misionera, te imploramos por todos los que han dejado a sus seres queridos para anunciar el Evangelio. Sosténlos en su fatiga. Alivia su cansancio. Protégelos de todo peligro. Da a los gestos con los que acarician las heridas de los pobres los rasgos de tu ternura virginal. Pon en sus labios palabras de paz. Llena su soledad. Haz que sean testigos de la alegría.
Santa María, mujer misionera, vigoriza nuestra vida cristiana con aquel ardor que te impulsó a ti, portadora de luz, por los caminos de Palestina. Ánfora del Espíritu, derrama su crisma sobre nosotros, para que ponga en nuestros corazones la nostalgia de los confines de la tierra. (DON TONINO BELLO)