El testimonio vocacional de la Hna. Clarice
Nací en Raposos, Minas Gerais, pero a los 9 años me mudé a Belo Horizonte. Los domingos iba a misa con mi tía en la capilla de las Hermanas del Colegio Santa Gloria. Fue entonces cuando, al ver a las Hermanas, sentí curiosidad por saber más sobre ellas y mi tía me explicó lo que sabía. A los 11 años, fui a estudiar al Instituto São Joaquim (de las Clarisas Franciscanas Misioneras del Santísimo Sacramento), en Conceição do Mato Dentro, y mi deseo de ser Hermana no hizo más que crecer.
En las vacaciones de 1944, durante un retiro, le dije al sacerdote que quería ser Hermana de clausura y él me aconsejó que fuera Clarisa. Durante todos los días del retiro, le pedía a Jesús, sobre todo cuando cada Hermana comulgaba, que les dijera lo que yo quería. Cuando terminó el retiro, tres Hermanas (Madre Clara, Hna. Francisca y Hna. Maria da Glória) se acercaron a mí y me hablaron de mi deseo de ser monja. Así que el 18 de septiembre de 1945 llegué al convento de las Hermanas Clarisas Franciscanas Misioneras del Santísimo Sacramento. Desde aquel día soy la persona más feliz del mundo.