E

n las laderas del monte Subasio, a las afueras de las murallas de Asís, san Francisco (1181-1226) y sus seguidores establecieron su primer hogar en las grutas que rodean la Ermita delle Carceri. 

La palabra Carceri es indicativa del lenguaje de la época, donde “se carcerare” era sinónimo de segregación voluntaria del mundo para permitir que Dios, en el silencio y la oración, encontrara un espacio libre en el corazón humano.

LA HISTORIA

San Francisco llegó a este remoto lugar del bosque en 1205, instalándose solo en una gruta para rezar y hacer penitencia.

En aquella época, el único edificio que había era un pequeño oratorio del siglo XII.

Pronto se unieron a Francisco sus primeros compañeros: Leone, Antonio da Stroncone, Bernardo di Quintavalle, Egidio, Silvestro y Andrea da Spello, que encontraron grutas aisladas en las cercanías donde instalarse.

Cuando los frailes se reunían para la oración común, utilizaban el oratorio que aún existe.

Eremo delle carceri - grotta Frate Leone
Eremo delle carceri - Altare

LA TRADICIÓN

Cerca de la cueva de San Francisco hay una encina centenaria donde muchos creen erróneamente que tuvo lugar el sermón de San Francisco a los pájaros. En realidad, las fuentes históricas atestiguan que tuvo lugar fuera del municipio de Asís y, en concreto, en Piandarca, en el municipio de Cannara.

Según la tradición, el barranco cercano al monasterio es en realidad el lecho de un río, hoy desecado, cuyas aguas fueron drenadas por San Francisco porque perturbaban su meditación y la de sus discípulos.

En la cueva de San Francisco, hay un agujero en el suelo desde el que se puede vislumbrar el fondo del barranco. Se dice que fue causado por el diablo, que se hundió en el abismo al ser expulsado por Rufino, uno de los primeros compañeros de San Francisco.

EL SANTUARIO EN LA ACTUALIDAD

A lo largo de los siglos siguientes, se añadieron varios edificios alrededor de la cueva de San Francisco y del oratorio original, formando el complejo que existe hoy en día.

Hoy, el Santuario de la Ermita delle Carceri está custodiado por cinco Hermanos Menores para acoger a los numerosos peregrinos que acuden a rezar y visitar el lugar o a celebrar con sus sacerdotes. La animación litúrgica, puntuando los diversos momentos del día, ofrece a los fieles la oportunidad de rezar junto a la comunidad religiosa. En las actividades del Santuario, los hermanos cuentan con la ayuda de las  Clarisas Franciscanas Misioneras del Santísimo Sacramento, presentes desde 1980 con una fraternidad de tres hermanas.